2 redactada en los siguientes términos: «El rey Antíoco saluda a
Simón, sumo sacerdote y etnarca, y a la nación de los judíos.
3 Puesto que una peste de hombres ha venido a apoderarse del reino
de nuestros padres, y he resuelto reivindicar mis derechos sobre él y
restablecerlo como anteriormente estaba, y he reclutado
fuerzas
considerables y equipado navíos de guerra,
4 y quiero desembarcar en el país para encontrarme con los que lo
han arruinado y han devastado muchas ciudades de mi reino,
5 ratifico ahora en tu favor todas las exenciones que te concedieron
los reyes anteriores a mí y cuantas dispensas de otras donaciones
te
otorgaron.
6 Te autorizo a acuñar moneda propia de curso legal en tu país.
7 Jerusalén y el Lugar Santo sean libres. Todas las armas que has
fabricado y las fortalezas que has contruido y ocupas, queden en tu poder.
8 Cuanto debes al tesoro real y cuanto en el futuro dejes a deber, te
sea perdonado desde ahora para siempre.
9 Y cuando hayamos ocupado nuestro reino, te honraremos a ti, a tu
nación y al santuario con tales honores que vuestra gloria será conocida en
toda la tierra.»
10 El año 174 partió Antíoco para el país de sus padres y todas las
tropas se pasaron a él de modo que pocos quedaron con Trifón.
11 Antíoco se lanzó en su persecución y Trifón se refugió en Dora a
orillas del mar,
12 porque veía que las desgracias se abatían sobre él y se encontraba
abandonado de sus tropas.
13 Antíoco puso cerco a Dora con los 120.000 combatientes y los